Las Navidades no dan tregua a nuestros estómagos. Tanto es así, que cuando pensamos que las comidas y sobremesas copiosas ya han terminado, se nos olvida que todavía queda la guinda del pastel. El 6 de enero, después de haber superado con éxito los festines de Nochebuena, Navidad y Nochevieja, aún tenemos por delante la llegada de sus Majestades de Oriente, también conocido como el día en el que el Roscón de Reyes reaparece en escena para endulzar nuestros paladares con el auténtico sabor de la Navidad. Pero ojo, porque el interior de este postre típicamente navideño guarda siempre un secreto. Tanto es así, que la tradición es colocar figuritas de plástico e incluso habas como parte del relleno, y siguiendo la costumbre, quien se encuentra con el haba de la suerte es también el afortunado que paga el dulce